top of page

La Ciutat i la Vida

Assiganatura optativa intensiva, Enero 2020

José Luís Oyon, especial atención a la tradición anarquista de pensar la arquitrectura i el urbanismo

A la pregunta “qué es lo que te queda de la asignatura” mi respuesta viene a ser algo como; una base teórica con la que justificar mucho del como he ido entiendo la arquitectura o el urbanismo a lo largo de la carrera. Tenía muy claro que quería hacer esta materia, pero sin ser del todo consciente de lo útil que resulta consolidar las reflexiones propias con las teorías que otros autores han trabajado. En ese sentido, los primeros días quedé fascinada de como muchos de los elementos tratados en la asignatura me resonaban a debates y ideas que son fundamentales para entender la profesión, o al menos tal como yo la entiendo, sin haberme asociado previamente a mi misma con el movimiento libertario.

Como herramienta de ejemplo voy a usar la comparación entre un elemento muy personal como mi porfolio y los esquemas relacionales del pensamiento holístico que vimos con Geddes del “place, work and folk”. Me explico, unas semanas antes de empezar la materia, inicié el planteamiento del porfolio; al reflexionar sobre lo que tienen en común los diferentes proyectos, junto con como se podía sintetizar mi concepción de la profesión, llegue a la idea de organizar el documento en tres partes. Tres campos, estrictamente relacionados entre si, que identifiqué como territorio, cultura y personas; al aparecer en clase el “place, work and folk” me resonaron mucho a la misma idea. El reafirmarme en esta separación, junto con la idea del pensamiento relacional, son lo que me hace escoger estos tres elementos como línea organizativa de ese texto a través de la cual comentar otros aspectos de la materia.

El primer elemento, que yo llamé territorio, y entiendo estrictamente relacionado con el “place” me fue necesario para explicar quien soy. Sentí la necesidad de que un documento como el porfolio no solo relatara mis proyectos arquitectónicos sino también la relación que ellos tienen con mi vida personal y mi entorno. Para ello, necesité explicarme a mi misma a través del territorio del que me siento parte, y en la materia, esto lo relacioné mucho con el “sentimiento de natura” de Reclús. Para mi es indispensable que aparezcan las casas de campo de mis abuelos en Osona por un lado y el Maresme por el otro, como reivindicación de lo local, de mi origen, y básicamente porque, algo que creo que me define y me generó muchísima empatía, es la necesidad de salir de la ciudad cada poco para estar en contacto con ese ambiente natural. A todo ello, me apetece enormemente leer el Arroyo.

El segundo elemento yo lo llamé cultura, y quizá a raíz de esta materia le busqué una palabra diferente que enfatice más el aspecto material del termino work. Aquí la imagen que me viene a la cabeza es la del trabajo manual, en el campo o el taller, que relaciono mucho con la idea de “ciudad kropotkiniana” y con nuestro último proyecto de tap. Quizás parecerá cogido con pinzas, pero la lección de Kropotkin me pareció una consolidación teórica de todo lo que a lo largo del cuatrimestre hemos ido reflexionando con nuestro proyecto en Badia del Vallés. Sintetizándolo, el proyecto era la implementación de una escuela de oficios que pretende, a través de la acción práctica en los espacios ahora en desuso, generar actividad agrícola, ganadera, o de carpintería entre otras y así se revalorizar el producto local. Me remitió también a la idea del “conservative surgery” como estrategia para que en una ciudad de la semi-periféria de Barcelona se avance hacia un consumo de proximidad, una mayor autosuficiencia, y lo que Kropotkin llama la “integración campo-ciudad”. Además, sin ponernos al mismo nivel, al ver la imagen de la sección del vallé de Geddes con los diferentes oficios repartidos por el territorio no pude evitar sacarle una fotografía pensando, es nuesto tap 100 años antes en otro lugar. Como decía, herramientas teóricas que me sirven para consolidar ideas trabajadas a lo largo de la carrera.

Finalmente, el tercer elemento para mí era personas, casi una traducción de “folk”, y aquí incluyo aspectos diversos. En primer lugar, hay la importancia de las relaciones personales como motor de pensamiento: encuentro fundamental entender las biografías, los vínculos de amistad y hasta familiares entre los autores que hemos ido trabajando, como parte de un tejido social y relacional. Una red de vínculos personales, “de tu a tu”, que contribuyen a un funcionamiento que priorice eso, las personas, y que en consecuencia tenga mucho más carácter “desde abajo”. Por otro lado, también aquí considero importante remarcar el interés de Turner por los procesos, la apropiación y lo que al final es la parte antropológica de entender la arquitectura. En el documental sobre las Barriadas de Lima trabajamos el valor de la vivienda, como espacio de uso y vimos como en gran medida la apropiación es un proceso. La autoconstrucción y las prácticas de reciprocidad ponen en valor un conjunto de mecanismos de la comunidad que permiten construir vivienda y satisfacer sus necesidades de ese momento.

Para concluir, estoy muy agradecida de haber podido ver como, mucho de lo que flotaba por mi cabeza, tiene una base teórica, como, la ecología, la participación o la importancia de las personas, son aspectos que vienen de lejos. También de cambiarle la concepción que le tenia al anarquismo, y entenderlo ahora como anarquismOS, que, aunque todos los estudiados fueran hombres, se parece bastante a los (Eco)feminismOS de Yayo Herrero y Silvia Federici. A poner la vida en el centro, a REpensar como estamos en el mundo, como actuamos y construimos, y a repensarNOS como personas para vivir una vida que merezca la pena ser vivida.

Gracias.

bottom of page